Filósofos
Dejen de engañarnos, filósofos
el trabajo no es una dicha el hombre no es la meta más alta
el trabajo es sudor que mata Señor cuando llego a casa
quisiera dormir pero dormir es sólo un cinturón en movimiento
que me transporta al día siguiente y el sol es una falsa
moneda la mañana desgarra mis párpados cerrados como antes
de nacer mis manos son un par de gastarbeiter y ni siquiera
mis lágrimas me pertenecen participan en la vida pública
como oradores como los labios partidos y un corazón que está
creciendo en el cerebro.
El trabajo no es una dicha es un dolor incurable
como una enfermedad de la conciencia abierta como un proyecto habitacional
a través del cuál sopla el viento de la ciudadanía
en sus botas altas de cuero.
Tratado sobre el vacío
En una librería accidentalmente terminé en la sección sobre el Tao o –más precisamente– junto al Tratado sobre el vacío.
Me regocijé, porque ese día yo estaba perfectamente vacío.
Qué reunión tan inesperada: el paciente encuentra al doctor y el doctor guarda silencio.
Tu llamada telefónica
Tu llamada telefónica entró
mientras estaba escribiéndote una carta.
No me molestes mientras
hablo contigo, que nuestras dos
ausencias se cruzan
y uno de los amores se desgarra
como una venda.
—
Los tres poemas son de Adam Zagajewski, la traducción es mía.
Isabel Zapata
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