Se habla de género para denunciar desigualdades e injusticias. Para hacer notar cómo la totalidad del universo está dividida, en el imaginario de la sociedad occidental, en dos categorías jerarquizadas. Lo masculino es entendido como superior y deseable. Lo femenino como subordinado y menos digno. En este escenario parecería que los hombres llevan siempre las de ganar (¿por qué querrían entonces cambiarlo aquellos sin sentido alguno de justicia y equidad?), pero lo cierto es que nadie es capaz de encarnar totalmente el estereotipo de masculinidad.
Mientras las mujeres padecen la invisibilización y la opresión del sistema de género, los hombres luchan por cambiarse y ocultar cualquier acción y sentimiento opuesto a «lo que un hombre debe ser». Cualquier otra categoría de género (que no sea hombre o mujer) no es ni siquiera prevista por el sistema.
The Representation Project es un movimiento social que expone y denuncia la inequidad y los estereotipos de género promovidos por los medios de comunicación. A través de la historia, el sistema de género se ha impuesto utilizando diversas herramientas. como la ciencia y la religión.
En nuestros días éste cuenta con armas de mucho mayor alcance. Las redes sociales, la televisión y el cine se han encargado de imponer nuevas imágenes a las que se supone que todas y todos deberíamos aspirar (así debamos mutilarnos y llenarnos de culpa en el intento). Lo terrible es que mucha gente lo acepta sin bronca. The Representation Project le apuesta al sentido contrario y lo hace con la misma medicina: a través del cine y canales de vídeos demuestra que la gente es capaz de apreciar producciones de calidad, con contenidos incluyentes.
El movimiento surgió con la proyección del documental Miss Representation, dirigido por Jennifer Siebel Newsom , en el Sundance Film Festival de 2011. La respuesta del público fue tan grande que Newsom se animó a fundar MissRepresentation.org en abril del 2011.
Desde entonces, The Representation Project sostiene que las mujeres y las niñas merecen una mejor representación en los medios y en nuestra cultura que la que Miley Cyrus ofrece. A finales del año pasado el movimiento lanzó un recuento de los papeles ocupados por las mujeres en la música, el cine y la televisión. El vídeo, titulado Cómo los Medios le Fallaron a las Mujeres en el 2013, pasa lista a las más indignas representaciones de los cuerpos y los papeles femeninos exhibidas durante el año. Por supuesto que la lista incluye a Robin Thicke con su himno a la violación y al acoso sexual (Blurred Lines).
La misión de The Representation Project no se limita a señalar los estereotipos femeninos; se ocupa también de la contraparte. El sistema de género también lacera a los varones, a quienes se nos impone una forma única de ejercer nuestra masculinidad. Así lo denuncia The Mask You Live In, documental (próximo a estrenar) que da cuenta de la opresión que los niños y los jóvenes sufren ante la meta impuesta de «convertirse en hombres».
“¡Deja de llorar! ¡No seas maricón! ¡Una mujer no puede controlar tu vida! ¡Sé un hombre!” bombardean algunas voces en los primeros segundos del trailer de The Mask You Live In. Pero, ¿qué significa «ser hombre»? ¿Existe sólo una forma de serlo? The Representation Project sostiene que no. Hemos construido una imagen de la masculinidad que no permite a los jóvenes sentirse seguros con su forma de ejercerla. Los hacemos probarla todo el tiempo mediante la práctica de la violencia. La situación llega a reprimir tanto a algunos que la única salida aparente termina siendo el suicidio.
Cada día, tres niños o adolescentes se suicidan en los Estados Unidos. En México no sé si por lo menos tenemos una cifra. ¿Han intentado buscar en internet alguna plataforma de apoyo para personas con pensamientos suicidas? Pues resulta que no hay nada. Facebook cuenta, para varios países, con toda una red de apoyo integrada por organismos gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil; sin embargo, en México no contamos con una organización que opere a nivel nacional para prevenir el suicidio. En caso de que exista no es fácilmente localizable y por seguro alguien que está a punto de suicidarse no va a tomarse el tiempo de buscarla con calma.
La disolución de los estereotipos de género está muy lejos de lograr su realización. Sus raíces están tan tejidas en los medios como en nuestras cabezas (sentimientos y aspiraciones incluidas). Demostrar que los privilegios que estos otorgan no son más que una ilusión es el primer paso y The Representation Project está haciendo grandes esfuerzos por lograrlo.
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