El collage se arma, pieza por pieza, de la realidad que se libera sobre el papel. Cada parte se estila, se fusiona y se corrompe desde una figura constante, el Padre (que abarca semánticamente todos sus significados) trazada por la dramaturgia de Estela Leñero, en colaboración con Luis de Tavira, José Ramón Enríquez y Naolli Eguiarte, donde adquiere una apariencia atroz en plena carcajada, a medio camino entre monstruo y loco. El Padre como visión del mundo que traspasa la ciudad, con su murmullo de coches y edificios en construcción, nos hace presentes en la escena, en la conciencia misma del movimiento.
Proyecto Leñero dramatiza la ficción y trata sin pinzas la controversia de la fe en distintos planos. La perspectiva del mundo que Vicente Leñero plantea en sus primeras obras se encuentra entrelazada en este proyecto, homenaje escénico al dramaturgo mexicano más consistente del siglo XX, quien siguiendo el legado de Usigli, incursiona en el teatro documental fundando las bases de la escena teatral actual.
Pueblo rechazado, Los albañiles y El juicio son las tres obras que nos conceden las imágenes trasplantadas de un caleidoscopio patriarcal a través de distintos planos. La dirección de Luis de Tavira<3 traza un hilo conductor casi rulfiano en un ejercicio de simultaneidad escénica con cincuenta actores. La visión del tuerto que tenemos dentro del cine se anula con esta puesta en escena, el espectador se encuentra solo, vive dentro del collage la fortaleza del teatro que no está atado al discurso, tiene toda la vida abierta ante él.
Al entrar, el escenario me parece enfermo. Estamos constantemente rodeados de objetos y fenómenos del mundo muerto, dice Knausgaard. El escenario me parece enfermo porque el constante cambio, que no se aferra a la estática, refleja mis condiciones de vida (nuestra condiciones de vida). Proyecto Leñero. Sacrificio es un infierno, los cantos gregorianos que escucho al principio de la puesta en escena confirman el mito. Lo levantan de la ficción. Estar allí, formando parte de un thriller, una inquisición y un juicio al mismo tiempo, viendo cómo el entorno lenta e imperceptiblemente iba formando lo que se decía, porque, claro, la manera en que pensamos está íntimamente ligada al entorno concreto del que formamos parte, a la escena a la que asistimos. Pero me doy cuenta de que ya no formamos parte de esa realidad. Reconozco los nombres abandonados a su suerte, como el Chapo (sí, en escena); los gritos de Ya me cansé. Para nosotros lo real es irreal, lo irreal real. Y me sobrevive una especie de vergüenza.
La temporada de Proyecto Leñero. Sacrificio comprende del 21 de enero al 28 de febrero, con funciones los jueves, viernes y sábados a las 19:00 y los domingos a las 18:00 en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.
Ytzel Maya
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