Ante el clima polarizado que vive la ciudad por las manifestaciones, hice este pequeño “Manual para convivir en una ciudad con manifestaciones públicas”:
1. Está bien opinar y estar en contra del sistema. Algunos amigos podrán tacharlo de rijoso pero no se preocupe, los que lo conocen de verdad saben quién es usted y cuáles son sus principios. Por los demás no se apure, igual van a opinar.
2. No repita; insisto, NO REPITA las opiniones que escuche en los medios de comunicación masivos/tradicionales. Lea notas, escuche opiniones y fórmese un criterio propio antes de decir algo.
3. Analice los problemas y sus causas antes de las consecuencias. Los medios intentarán convencerlo de que el problema es la marcha, el bloqueo, nunca lo que genera esa marcha, nunca dar voz a ese que se manifiesta.
4. Póngase en el lugar del otro. Esa escasísima virtud llamada empatía requiere de fuerza y compromiso para aplicarla. Ese otro no está aquí para molestarlo o incomodarlo. Está aquí manifestándose porque en ningún otro lado se han escuchado sus peticiones. Un día podría ser usted el que ve violentados sus derechos, encontrarse en la misma situación y necesite recurrir a la protesta pública para ser escuchado.
5. Repetir calificativos como «vándalos», «flojos», rijosos», «mitoteros», etc., y descalificarlos con adjetivos como «pseudoestudiantes», «pseudomaestros», es un acto racista que denigra y crea una separación entre personas como usted o como yo, hermanos de sangre y de nacionalidad. El clasismo no ayuda en nada a solucionar los problemas, al contrario, los agrava y crea vacíos de descomposición social. Referirse así de los otros sólo habla mal de usted como persona.
6. ¿Se queja del tráfico?, usted es el tráfico. Mejor aproveche la situación y busque alternativas para moverse por la ciudad como la bicicleta.
7. Por último y muy importante, es muy probable que usted, ciudadano de clase media, con Internet y tal vez un auto, tenga una vida mucho más privilegiada que los que están ahí en la calle luchando por sus derechos. ¿Se siente con el derecho de humillar al otro como el político en Tabasco que humilló al niño por vender en la calle? No poder llegar a tiempo a su trabajo y moverse por la ciudad es molesto, pero ¿qué puede usted decir ante los problemas y carencias que el otro enfrenta?. Vivimos una crisis de empatía, ese otro es usted.
Uno odia lo que no conoce. Acérquese a ellos, escuche sus reclamos y, si los considera válidos, apóyelos, le aseguro que con el apoyo de la ciudadanía sus demandas serían escuchadas de inmediato y muy probablemente no habría ni siquiera necesidad de bloqueos y marchas.
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