México ha perdido a una de sus figuras más emblemáticas, a un hombre que pintaba paisajes con las palabras. José Emilio Pacheco, referente obligado de la literatura nacional y uno de los más destacados escritores del siglo XX, falleció a los 74 años, víctima de un paro cardiorrespiratorio en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
El periodista, poeta, cuentista y dramaturgo, fue un destacado integrante de la Generación de Medio Siglo, al lado de personalidades como Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Salvador Elizondo y Sergio Pitol. Se le considera uno de los más interesantes cronistas de la Ciudad de México, ya que sus obras reflejan la realidad social e histórica de la capital metropolitana, así como un versátil escritor que supo conjugar diversos recursos narrativos en su quehacer literario.
Dentro de sus obras más reconocidas se encuentran El Principio del Placer (1972), Las Batallas en el Desierto (1981) y Morirás Lejos (1967), aunque cuenta con un total de 21 libros editados. Además, fue traductor de grandes obras de la literatura universal, como Cuatro Cuartetos, de T.S. Elliot, Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams y De Profundis, de Oscar Wilde.
Ávido lector de Jorge Luis Borges y Alfonso Reyes, José Emilio Pacheco fue igualmente consumidor de dramaturgia. En 1960 publicó las piezas de un acto La Reina y El pasado lo guardan las arañas. A éstas se le sumaron varias obras más en el transcurso de los años, tales como Los elementos de la noche (1963) y El reposo del fuego (1966), donde incursionó en la lírica.
Pacheco fue merecedor de varios reconocimientos por su trayectoria literaria. En 2009 fue ganador del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, máximo galardón literario otorgado por el Ministerio de Cultura de España. Asimismo, en 2010 obtuvo el título de Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Durante toda su vida fue un trabajador incansable, entregado por completo a la escritura y a su labor de letras. Laura Emilia Pacheco, su hija, comentó que el viernes 24 de enero, su padre terminó de escribir su “Inventario”, dedicado al poeta Juan Gelman, quien falleció el 14 de enero.
Los restos de Pacheco serán velados el lunes en el Colegio Nacional, del cual el escritor fue miembro desde 1986. Ahí se darán cita familiares y amigos como Vicente Leñero, Eduardo Lizalde y Elena Poniatowska. Además, las puertas permanecerán abiertas para que sus admiradores puedan darle el último adiós a quien, con su pluma incansable y su agudo sentido del humor, encontró los principios del placer y el silencio de la luna.
Descanse en paz, José Emilio Pacheco. En el desierto ya no se librarán más batallas.
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