Muchos grandes pintores en México se han reflejado en sus obras— no sólo por su ideología o su visión del mundo—, sino por sus autorretratos. Si bien Frida Kahlo es el ejemplo más representativo, no fue la única que se metió en sus óleos alguna vez. Su marido, el muralista Diego Rivera, se plasmó un par de veces en sus obras. Actualmente, el Museo Dolores Olmedo cuenta con un autorretrato del pintor realizado en acuarela (1954), mientras que otro fue subastado en 2009, en Nueva York.
Dr. Atl (1875-1964) fue un pintor, narrador, periodista y político jaliciense famoso, entre otras cosas, por su pasión por escalar volcanes y por los retratos que realizó de la actriz Carmen Mondragón— después bautizada por el artista como Nahui Olin—. Sin embargo, en varias ocasiones se dibujó a sí mismo. En 1946, realizó un autorretrato en papel y cartón. Éste se exhibe actualmente en el Museo Soumaya.
Otro caso es el de María Izquierdo, quien fuera la primera pintora mexicana en exponer su trabajo en el extranjero. La jaliciense plasmó la realidad rural de su infancia en contraposición con los paisajes urbanos en México. En 1947, año en que produjo algunas de sus obras más memorables de acuerdo con el Museo Andrés Blaisten, creó dos autorretratos. En uno de ellos, Sueño y presentimiento, aparece asomada por una ventana, sosteniendo su cabeza en el aire. Esta obra pertenece a una colección particular, por lo que no se exhibe en ningún museo.
Así como ellos, artistas de la talla de Juan Soriano, Roberto Montenegro y Carlos Mérida realizaron autorretratos que actualmente son expuestos en diferentes salas del país. Cabe destacar que muchos de ellos fueron financiados por Marte R. Gómez, quien es considerado uno de los grandes mecenas del arte mexicano del siglo XX, y que actualmente forman parte del corpus de distintos museos o de colecciones privadas tanto en México como en el extranjero.
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