Coyoacán, lugar lleno de leyendas e historia, fue fundado por Hernán Cortés en 1522. Es uno de los lugares más antiguos de la Ciudad de México. Se caracteriza por sus coloniales construcciones y las historias en torno a ellas.
Sus cimientos han albergado y sepultado a numerosos políticos e intelectuales desde hace más de cinco siglos. La fama de sus inquilinos y el morbo del público por conocer el lugar en dónde murieron sus ídolos hacen que las casonas y panteones sean grandes atractivos turísticos en estas fechas.
Coyoacán: Historia viva de México
El Museo Frida Kahlo o La Casa Azul, la cual no sólo albergó a la pintora, ícono mexicano del siglo XX, desde su nacimiento sino que también ahora guarda sus restos. Ubicada en Londres #247 en la Colonia del Carmen, la casona cuenta con una habitación llamada cuarto de noche, en donde descansan las cenizas de Frida Kahlo en una urna prehispánica. En el cuarto de día se puede apreciar la máscara mortuoria colocada sobre la cama, ésta refleja su rostro en el espejo superior, al igual que lo hacían sus autorretratos. En el dormitorio denominado Diego Rivera también puede apreciarse la máscara mortuoria del pintor, pareja de la artista.
En 1941 Salvador Novo, dramaturgo, poeta y cronista de la ciudad se instala en Coyoacán. Novo funda el Teatro la Capilla en la calle de Madrid #13 en la Colonia Del Carmen. Actualmente el teatro sigue abierto al público y cuenta además con un bar conocido como El Vicio y con el restaurante Novo’s, ambos puntos de reunión de los intelectuales del siglo XXI. El autor de Nueva Grandeza mexicana y también guionista y productor de El Signo de la Muerte (1939) protagonizada por Cantinflas, falleció el 13 de enero de 1974 en el que fuera su hogar en el barrio coyoacanense por 33 años.
El Panteón Xoco guarda los restos de dos grandes figuras mexicanas: Belisario Domínguez y Francisco Sosa. Belisario Domínquez, miembro activo del partido liberal en Chiapas, quien se manifestaba en contra del régimen de Porfirio Díaz a través del periódico El Vate. Tras ser electo presidente municipal y oponerse a la dictadura de Victoriano Huerta, fue tomado prisionero el 7 de octubre de 1913 y trasladado a este cementerio, ubicado en la Avenida Cuauhtémoc, en donde se le torturó y fusiló. El cuerpo fue enterrado por sus asesinos y su lengua enviada a Huerta como trofeo. Los restos de Francisco Sosa, escritor, poeta, historiador, biógrafo y periodista, también se encuentran en el Panteón de Xoco. Fue Director de la Biblioteca Central, diputado y senador. Debido a sus críticas contra el gobierno local en la revista Mérida de la cual era fundador, fue encarcelado en 1864. Al salir de prisión se mudó al barrio de Coyoacán. Su antigua casa está en la calle de Francisco Sosa en el número 33 en donde ahora se localiza un centro cultural.
La Casa Alvarado, hoy Fonoteca Nacional ubicada en el barrio de Santa Catarina, vio fallecer al premio nobel de literatura de 1990, Octavio Paz. En su fachada se encuentra grabada una placa con la siguiente inscripción: “En esta casa vivió al final de sus días Octavio Paz. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes rinde homenaje a la memoria del insigne escritor a diez años de su fallecimiento. 10 de Diciembre de 2008”. Durante estos días, las puertas de la Fonoteca se encuentran abiertas a todo el público y se les invita a rendir homenaje al autor de El Laberinto de la Soledad en el bello jardín sonoro de la casa y leer entre sus corredores, alguna de las inolvidables líneas del ensayista y poeta mexicano.
La residencia más visitada de Coyoacán es La Casa Museo de León Trotsky, esto debido a que dentro de sus puertas se llevó a cabo uno de los crímenes más sonados de la historia: el asesinato del exiliado ruso León Trotsky a manos de Ramón Mercader del Río, militar hispano-soviético. Mientras Trotsky leía un documento, Mercader le clavó un piolet en la cabeza por órdenes de Stalin. Trotksy murió al día siguiente, 21 de agosto de 1941 a las 19:25 horas en la enfermería de la Cruz Verde en el centro de la ciudad. Pero este no fue el primer atentado que vivió el revolucionario ruso; en mayo de 1940 un grupo comunista armado y encabezado por el muralista David Alfaro Siqueiros irrumpieron en su residencia y dispararon hacia todas las habitaciones. Trotsky, su esposa Natalia y su pequeño nieto salieron ilesos. Sus cenizas y las de la que fuera su viuda se encuentran en el jardín del ahora museo.
Coyoacán: hogar de leyendas de fantasmas
Por si estas historias no fueran suficientes, Coyoacán también guarda leyendas de fantasmas. Se dice que en la plaza del Barrio de Santa Catarina durante las noches de otoño puede verse a un monje cruzar de un lado al otro el atrio de la iglesia allí ubicada. Según la leyenda es imposible distinguir el lugar de dónde viene y en el que se pierde.
La Casa de la Cultura Reyes Heroles también tiene su aparición privada. Una pequeña niña con rubia cabellera y hermosa vestimenta ancestral se pasea de noche por los jardines de esta casona. Los trabajadores la han apodado como “La Muñeca” y están tan acostumbrados a sus visitas que ya no les causa ningún temor. Se cuenta que la pequeña murió en esta casa y aunque sus padres se mudaron tras el terrible suceso, ella prefirió permanecer en el que fuera su hogar.
El Callejón del Aguacate es el escenario de un sinfín de leyendas urbanas. Unos dicen que la virgen de piedra llora lágrimas de sangre a medianoche, otros cuentan terribles asesinatos cometidos durante el gobierno de Lázaro Cárdenas por los militares, algunos más juran haber visto a un jinete revolucionario y a una mujer arrastrando cadenas. Las historias de magia negra, la ouija y los pactos con Satanás han estado siempre presentes. Ninguna de estas leyendas tiene un fundamento prehispánico o colonial; pero lo cierto es que a tan sólo unos metros del callejón se estremece la piel, un algo sobrenatural se respira en el aire y una especie de hechizo se apodera de uno e invita a conocer de cerca el callejón y sus leyendas.
Coyoacán ofrece un panorama distinto al resto de los barrios antiguos de la ciudad. Su ambiente pacífico y bohemio se combina con la historia y las leyendas urbanas que han ido creciendo a lo largo de los años gracias a sus habitantes. El sólo caminar por sus calles empedradas nos remonta a otra época y así nos hace disfrutar más vívidamente de las festividades de muertos.
Estas son algunas de las leyendas de Coyoacán más famosas:
La bruja de Coyoacán. Se cuenta que hace mucho tiempo, una bella mujer se casó y comenzó a prepararle moronga a su marido. Él, preocupado, comenzó a espiarla hasta que se dio cuenta de que era una bruja que se quitaba la piel cada mañana.
El niño del Antiguo Palacio de Coyoacán. En este viejo edificio del centro de Coyoacán, los trabajadores cuentan que se puede escuchar a un niño jugar y reírse.
Leyenda del monje de La Conchita. De acuerdo con testimonios consistentes, un monje transita entre dimensiones en el interior de la icónica iglesia de Coyoacán. No hay una entrada ni una salida en aquellos lugares por donde aparece y desaparece.
Leyenda del Callejón del Aguacate. Son muchas las leyendas del Callejón del Aguacate, un lugar con una fama especial. Una virgen de piedra que llora lágrimas de sangre, un jinete revolucionario, oficiales del gobierno de Lázaro Cárdenas asesinados a sangre fría y una mujer arrastrando cadenas son algunas de las cosas que la gente dice ver aquí.
El fantasma de Belisario. El médico y político liberal Belisario Domínguez fue electo senador y su primera postura fue oponerse a la dictadura de Victoriano Huerta. Fue capturado y trasladado al Panteón Xoco, en donde fue torturado, fusilado y sepultado. Quien ha estado ahí en las noches, admite que aún se escuchan sus gritos de dolor.
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