Cementerio de esplendor (Rak ti Khon Kaen)
Dir. Apichatpong Weerasethakul
Tailandia – Malasia – Reino Unido – Francia – Alemania, 2015
122 min.
El cine con tendencias contemplativas ─con una mirada lenta y detallada, pocos diálogos, de escenas cotidianas, en tiempo real y, frecuentemente, dentro de escenarios naturales─ tiene tanto entusiastas como detractores. En todo caso, desata apasionadas defensas y ataques. ¿Qué sentido tiene este cine? ¿Cuál es su valor estético? ¿Dónde está su público?
Cementerio de esplendor se encuentra dentro de esta corriente. Filmada en la pequeña ciudad de Khon Kaen, al noreste de Tailandia, seguimos algunos episodios consecutivos de Jen, una solitaria ama de casa con una malformación en la pierna que le obliga a utilizar muletas.
Con frecuencia visita su antigua escuela primaria que ha sido adecuada como hospital para atender a un grupo de soldados encerrados en un profundo sueño. Ahí conoce a una joven con poderes psíquicos que traduce a los familiares los deseos e inquietudes de los durmientes. También entabla amistad con uno de ellos pese a las dificultades que su narcolepsia le impone.
Lejos de explicar lo ocurrido a los soldados, la película avanza acumulando peripecias e información que, pese a su originalidad y extrañeza, no buscan construir una historia. Se sugieren varias posibilidades, varios puntos de partida para el inicio de anécdotas que podrían comenzar una trama pero esto no sucede. En cambio, nos encontramos con una suerte de mosaico lleno de símbolos. La educación, la religión, la realidad, el hastío, todo encuentra un pequeño espacio para ser colocado fugazmente en boca de sus protagonistas.
La atmósfera onírica permite esta exploración experimental que si bien, no carece de gran mérito en términos plásticos, de montaje y escénicos, puede terminar por aburrir al espectador poco afín. La fotografía está a cargo de Diego García, egresado del C.C.C.
Algunos afirman que se trata de una alegoría sobre la situación cultural y sociopolítica de Tailandia. Puede que sea así pero el desconocimiento sobre ésta hace irreconocible cualquier referencia en un discurso de por sí críptico. En suma, Cementerio de esplendor abunda en momentos inquietantes, enternecedores, simpáticos y reflexivos; se trata de un ejercicio de alta calidad con valores poéticos que busca situar al espectador en un tiempo sin tiempo.
Seleccionada para varios festivales alrededor del mundo (Australia, España, Canadá, Argentina), entre ellos, Cannes dentro de la categoría Una Cierta Mirada. En México su distribuidora es ND Mantarraya, cosa lógica si tomamos en cuenta su cercanía con el director y productor Carlos Reygadas, exponente mexicano de esta corriente cinematográfica, quien además aparece en los agradecimientos del director.
Avisados quedan, para este próximo 36 Foro internacional de cine en la Cineteca, Cementerio de esplendor está más que recomendada para los adeptos de este cine y aquellos cinéfilos atrevidos, aventureros, pero sobre todo, pacientes.
Kin Navarro
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