Cada semana, su madre guardaba unas cuantas monedas en esa pequeña caja que guardaba debajo de la cama. El ritual sucedía siempre los domingos, después de ir a misa. A veces, él era el encargado de depositar las opacas monedas en la caja. Otras veces sólo las veía, intentando contar cuántas había. Un día, que no era domingo, su madre lo llevó a la recamara, y sacó la caja de las monedas. Al abrirla el pequeño se sorprendió al ver un objeto dorado y brillante en forma de cruz. ¡Convertiste las monedas en oro! Exclamó el niño, mientras pensaba que su madre era toda una alquimista.
Recientemente, se ha identificado y estudiado un pequeño microorganismo que no sólo es capaz de precipitar el oro, sino que además, es capaz de utilizar metales pesados y metabolizarlos. De forma similar a la madre alquimista de la historia, C. metallidurans podría sorprender a los incautos, haciéndolos pensar que se trata de una bacteria alquimista. Sin embargo, lo que realmente hace esta bacteria, es tomar el oro que se encuentra formando otros compuestos y metabolizarlo.
Las sales de oro resultan altamente tóxicas para la mayoría de los microorganismos; incluso, en tiempos antiguos, cuando la penicilina no había aparecido en la escena, se utilizaban sales de oro para tratar infecciones.
La capacidad que tiene C. metallidurans para metabolizar compuestos que resultan altamente tóxicos, como son los que contienen oro, la hace una buena candidata para trabajar en la detoxificación de ambientes contaminados con compuestos de oro u otros metales pesados.
Para sobrevivir a estos compuestos, este pequeño habitante de los metales precipita y guarda las sustancias metálicas en formas que le resultan menos tóxicas. En el caso de los compuestos que contienen oro, C. metallidurans los procesa precipitándolos en algo que a los humanos nos gusta, oro puro.
Si se inocula esta bacteria en los sitios contaminados, ella puede tomar los metales contaminantes y los precipitarlos dentro de sí, formando piedrillas microscópicas de uno o varios metales. Al sustraer la masa de bacterias, se obtienen también los metales contaminantes, quedando el sitio limpio de metales tóxicos para el resto de la vida.
C. metallidurans, no es capaz de convertir otros metales en oro; sin embargo, ya que es capaz de detectar la presencia del dorado metal, puede servir como un biosensor que permita detectar los sitios donde exista este elemento. Y no sólo eso, también claramente podría ayudar a dejarlo bien puro y en pepitas sólidas. Pero, dejando de lado nuestra avaricia, podemos admitir que es la capacidad que tiene C. Metallidurans para tomar los metales pesados de lagos y ríos contaminados, lo que realmente vale oro.